Milei brindó su primer discurso como presidente ante la Asamblea Legislativa. La apelación constante a la épica como base de la construcción de un relato fundacional mezclada con promesas que se repiten desde la campaña presidencial y una exagerada demagogia contra la casta dejaron sabor a poco. Por otra parte, dejó en claro que su principal cruzada pasa por alcanzar el equilibrio fiscal, un objetivo que Misiones alcanzó de manera exitosa hace décadas sin trasladar el peso del ajuste a la gente.
(*) Por Nicolás Marchiori
Los cambios y las transformaciones son procesos dinámicos que están presentes en los sistemas políticos permanentemente. Conviven con una tendencia opuesta hacia la estabilidad, la inmutabilidad, que podemos identificar en los mismos sistemas.
Podemos afirmar que los sistemas políticos tienen un carácter interactivo, esto quiere decir que su identidad dependerá de la interacción continua de múltiples elementos. Estos pueden ser internos o externos al sistema, en el último caso hablamos del entorno.
Esta característica de los sistemas crea un escenario en donde la capacidad de comunicarse e interactuar, con lo que ocurre en su entorno, se convierte en fundamental para que pueda alcanzar un buen desempeño. Dicho esto, la mayor o menor destreza que posean para comunicarse con el entorno, determinará su eficacia y su capacidad para durar en el tiempo.
El éxito y la consolidación de los sistemas democráticos se deben a la facilidad con la que pueden interactuar con lo que ocurre en su exterior.
Las democracias han sido eficaces identificando los problemas y necesidades que existen en el entorno, pudiendo proponer mejoras y soluciones a las mismas.
La incertidumbre política que invade actualmente a las sociedades está generada por el temor a que los sistemas democráticos estén perdiendo la capacidad de comunicarse con el entorno, que ya no puedan identificar las necesidades y las problemáticas que existen en el exterior.
La idea de éxito en una negociación se encuentra más asociada a ganarle al otro que a obtener satisfacción en mis intereses sin que ello implique o incluya la frustración del otro. Esto se encuentra íntimamente relacionado con la “mentalidad suma cero”, que es aquella percepción de los sujetos de que no hay posibilidad, en una interacción dada, de que ambas partes ganen, puesto que lo que uno se lleve será lo que al otro se le reste. Esta percepción conduce inevitablemente a la demonización del otro en términos de que todo lo que aquel se lleva me lo resto a mí, o viceversa. Se produce un empobrecimiento de la mirada sobre el otro, reduciéndolo a un rol de usurpador. Apoyarse en la lógica binaria implica una simplificación que dinamita toda posibilidad de alcanzar los consensos necesarios que permitan resultados que beneficien a todos en su conjunto.
El giro decisivo frente a esta situación es desafiar el supuesto. El pensamiento o mentalidad suma cero es una denominación que tiene su origen en la Teoría de los Juegos. El influyente economista y académico norteamericano Howard Raiffa, en su libro Negotiation Analysis: The science and art of collaborative decision ha realizado un completo desarrollo de los juegos de suma cero y de suma variable.
En términos del lenguaje de la Teoría de los Juegos se denomina al conflicto puro conflicto de suma cero, mientras que a las situaciones de conflicto en donde los actores se vinculan a través de relaciones no conflictivas se las denomina conflicto de suma variable.
En estos términos, decimos que los juegos de suma cero son aquellos en los que la suma de las ganancias de los jugadores dará siempre igual, cualquiera sea su distribución entre ellos: uno gana lo mismo que pierde el otro, es decir que uno gana en función de lo que pierde el otro. En efecto, la realidad indica que hay un ganador y un perdedor.
Por oposición están los juegos de suma variable que responden a juegos de conflicto y de colaboración.
Ahora bien, es importante destacar que en la praxis es inaplicable la negociación de suma cero, lo que se da comúnmente son escenarios de negociaciones mixtas con relaciones de puro conflicto y relaciones de cooperación. La mentalidad suma cero crea la percepción de que todo lo que el otro se lleva lo resta a mi ganancia. De allí que este tipo de mentalidad busca demonizar a la otredad presentándola como la culpable de todos los males.
El peligro de la visión de suma cero es que conduce a comportamientos de tipo competitivo en la negociación aun cuando el consejo lo desautorice o lo desaconseje.
La Teoría de la Negociación Colaborativa permite cambiar totalmente esta visión. En este modelo exitoso de la Escuela de Negociación de Harvard, la negociación se convierte en una estrategia win-win. Esto sólo puede pensarse desde una actitud que tenga en cuenta los intereses. La negociación colaborativa está ideada para disminuir los riesgos de perder lo que es esencial de cada uno, y aumentar las posibilidades de satisfacer los intereses prioritarios de cada parte en un cien por ciento. Para este modelo la negociación es eficaz, conveniente y útil en función de que para conseguir lo que quiero necesito del otro con quien tengo diferencias.
La negociación colaborativa gravita en torno a la lógica de los juegos de suma variable. Esto es, en la convicción de que siempre hay intereses diferentes o complementarios en una relación conflictiva o se pueden llegar a construir.
Este modelo está pensado para disminuir los riesgos de perder lo que es esencial para cada uno y aumentar la posibilidad de satisfacer los intereses prioritarios de cada parte en una totalidad.
Cualquier señal que indique que es posible encontrar una solución integrativa disminuye la tensión percibida y se posibilita el paso a una negociación colaborativa.
Consecuentemente, una vez que se encuentran los intereses diferentes se desarticula la pelea, se desarma la confrontación por innecesaria y la dinámica de la negociación se vuelve más confortable, atento a que la otra parte no pretende lo mismo y ambas pueden satisfacer en un cien por ciento lo que quieren.
En virtud de todo lo desarrollado hasta acá, en tiempos donde se requiere de una dirigencia que esté a la altura de las circunstancias para alcanzar los consensos necesarios que permitan superar la crisis que atraviesa nuestro país, es fundamental dejar de lado la mentalidad de suma cero que sólo profundiza las tensiones y mantiene en vilo a una sociedad harta de padecer los efectos destructivos de los sucesivos desaciertos de una clase dirigente que las arrastra a un estado de incertidumbre permanente.
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Con la nuestra
A la hora de hablar de equilibrio fiscal en el sector público de manera exitosa, todas las miradas apuntan a Misiones. La gestión de la Renovación en la provincia permitió llevar adelante un verdadero proceso de reconstrucción de una provincia que entraba al 2000 devastada tras el paso destructor del neoliberalismo encarnado en Ramón Puerta. Festival de privatizaciones, ajuste despiadado sobre la gente y un endeudamiento descomunal de nada más y nada menos que 1500 millones de dólares fueron la herencia del empresario yerbatero que gobernó la provincia en la década del ‘90.
La tarea no fue fácil, pero había un objetivo claro: equilibrar las cuentas sin pedir plata prestada y sin ajustar sobre la gente. Desde entonces, el gobierno de la Renovación no sólo inició un proceso de desendeudamiento pagando las cuentas que dejó Ramón Puerta y al mismo tiempo desplegó una administración inteligente de los recursos del Estado.
Los resultados de la reconstrucción llevada adelante por la Renovación están a la vista, son tangibles, y la realidad los transforma en irrefutables. Misiones hoy exhibe un comportamiento ejemplar, no sobra nada, pero existe un Estado Inteligente que valida la en cada una de sus políticas activas la eficiencia en la gestión de los recursos: con equilibrio fiscal y una administración responsable garantiza el funcionamiento de un sistema de salud de calidad modelo en el país; lleva adelante una verdadera revolución educativa en donde la innovación se ha transformado en uno de los pilares fundamentales; despliega las más eficientes políticas de preservación ambiental y protección de su biodiversidad; sostiene la asistencia social en un contexto muy delicado de crisis económica generada por medidas del Gobierno Nacional; desarrolla obras de infraestructura fundamentales para el desarrollo de la provincia, y promueve el crecimiento económico a través de la articulación de una imparable sinergia público privada.
En el turbulento contexto actual, a pesar de los recortes y las millonarias deudas que mantiene la Nación, la Provincia se sostiene con autosuficiencia priorizando las necesidades de primer orden. Un claro ejemplo de ello fue el pago, con fondos provinciales, de los montos adeudados por Nación a los docentes misioneros, mediante la reasignación de partidas presupuestarias.
El Modelo Misionerista permite a la provincia diferenciarse del resto del país y de la Nación, en donde Milei prometió corregir el déficit, bajar la inflación, enderezar la economía sin ajustar a la gente y está haciendo todo lo contrario.
Teatralización política
Javier Milei abrió el período de sesiones ordinarias en el Congreso el pasado viernes. Durante más de una hora leyó un discurso con pasajes que ya fueron repetidos en anteriores ocasiones. El speechdel presidente libertario es repetitivo y lo recita como un dogma. Apelaciones permanentes a la épica, referencias a las sagradas escrituras, datos erróneos que no resisten el mínimo chequeo son la base de la construcción de su relato mesiánico.
Hubo una exagerada puesta en escena que tenía por objetivo crear un clima festivo cuando la realidad indica que la gente no tiene nada para festejar. En la calle se percibe un creciente sentimiento de angustia por el crecimiento acelerado de la pobreza. La sociedad comienza a evidenciar divisiones entre los que ya tienen mucha bronca y los afectados que no quieren abandonar la ingenua ilusión de que esta situación es sólo transitoria y necesaria para poder estar mejor en el futuro.
Lo cierto es que se habían generado grandes expectativas en torno al discurso de Milei. Los analistas lo consideraron muy flojo, con pocas sorpresas en el plano económico y orientado a la tribuna de aplaudidores que copó las gradas del recinto. Nuevamente volvió a repetir la idea de la herencia explosiva con la que asumió en diciembre pasado, asegurando que fue la peor de la historia del país.
El elemento saliente fue el intento de acercamiento con los gobernadores tras la convocatoria para la firma del “Pacto de Mayo”, que contiene 10 reformas estructurales para la Argentina. El acuerdo se llevaría a cabo en Córdoba, a cambio de nada y sin intenciones de arribar a los consensos necesarios que demanda la delicada situación en la que se encuentra el país, toda vez que impone que primeramente voten la “Ley Ómnibus” que será enviada nuevamente al Congreso sin modificaciones advirtiendo que aquellos que no lo firmen están en contra del cambio.
Los 10 puntos que propuso en el ostentoso “Pacto de Mayo” son un resumen de las propuestas que están incluidas en el mega DNU y en la “Ley Ómnibus” que rebotó en el Congreso. En efecto, Milei redobla la apuesta y se muestra intransigente a la negociación dando muestras una vez más de su autoritarismo. El presidente reafirma su postura de no escuchar al otro, pese a las duras advertencias lanzadas por el FMI en un informe tras la visita al país de Gita Gopinath, la número 2 del organismo. “Es importante que el Gobierno genere los consensos políticos necesarios para avanzar con las reformas” y “es esencial garantizar que la carga del ajuste no recaiga desproporcionalmente en las familias trabajadoras” rezaba el informe de la subdirectora del FMI.
El escenario es complejo, la economía se observa cada vez más encerrada y en el discurso no se notaron intensiones de querer abrirla, todo lo contrario, dejó la sensación de ir rumbo a un callejón sin salida. El peso del ajuste se hace cada vez más insoportable para las familias argentinas que día a día sufren un deterioro descomunal del poder adquisitivo frente una inflación imparable que impacta de lleno en la suba de precios en todos los rubros.
(*) Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral. Becario de la Fundación Konrad Adenauer (Alemania) y del Centro de Análisis y Entrenamiento Político (Colombia).